Aunque soy amante de los tratamientos manuales, reconozco que la aparatología nos es de gran ayuda a las esteticistas para reforzar los resultados en algunos tratamientos, En este sentido, nunca me he dejado llevar por modas, sino por la efectividad que han demostrado tener con el tiempo, y si bien hay aparatos que hace relativamente poco que han salido al mercado, que no cumplen con las expectativas y que ya sé que no adquiriré, la Radiofrecuencia es de esos aparatos que compraría una y mil veces por el resultado que da.
Cuando hablamos de Radiofrecuencia Facial, estamos hablando de hacernos un tratamiento con resultados muy similares a los de un lifting quirúrgico, pero de forma no invasiva, sin necesidad de molestas inyecciones ni de tratamientos agresivos. En casos muy aislados podría aparecer algún minúsculo hematoma, pero es raro que suceda.
Está indicado para todo tipo de pieles, para personas a partir de los 35 años que presenten una flacidez leve, bolsas de ojos, ojeras, papada, surcos nasogenianos marcados, pómulos caidos...
Durante el tratamiento solo notarás calor, ya que la Radiofrecuencia se encarga de producir unas ondas eléctricas para conseguir un aumento de la temperatura, estimulando así los fibroblastos y la formación de nuevo colágeno. O dicho de otra manera, nuestro cuerpo interpreta este aumento de temperatura como una "agresión" y envía a la "zona agredida" todos los elementos regeneradores con los que cuenta, para renovar los tejidos tal y como hacía cuando éramos jóvenes de forma natural, proceso que se va haciendo mucho más lento con el paso de los años.
En cada sesión conseguimos estimular la formación de más colágeno nuevo, pero la creación de éste no se limita solo en el tiempo que dura la sesión pues puede perdurar hasta 6 meses desde la última sesión del tratamiento.
Los efectos se aprecian en la primera sesión, pero son mucho más espectaculares a medida que va avanzando el tratamiento, debido a la regeneración y a la renovación del colágeno que requieren su tiempo. Apreciarás el óvalo de la cara más definido, la piel más firme y luminosa, las líneas de expresión y arrugas más lisas, pómulos más elevados y firmes, disminución de los surcos nasogenianos, reducción de la papada, reducción de bolsas y ojeras, párpados más lisos y firmes, cejas más elevadas...
Las sesiones suelen ser semanales, con un mínimo de 10 y un máximo de 15, con mantenimiento de 1 sesión al mes y tratamiento para casa. Con todo esto, los resultados pueden durar hasta 2 años.